Como su nombre lo indica, los aceros de refuerzo en la construcción, son materiales vitales que cumplen la función primordial de darle resistencia y por lo tanto, les garantiza seguridad a las mismas.

Los aceros reforzados, absorben y soportan grandes esfuerzos o tensiones que el mismo peso de la construcción produce, así como las cargas por su constante uso y por los movimientos del suelo.

El tipo más común de acero reforzado, es un cilindro delgado mejor conocido como varilla, sin embargo también existen barras de refuerzo galvanizadas con materiales epóxicos que evitan o minimizan la corrosión y el descascaramiento del concreto expuesto a diferentes condiciones ambientales. Por otro lado, si se necesitan reforzar losas u otras superficies como cascarones o vigas, se deben utilizar las mallas electrosoldadas de alambrón

Las principales características del acero de refuerzo son:

  • Resistencia
  • Ductilidad
  • Rigidez
  • Amortiguamiento
  • Torsión
  • Soldabilidad

Es de suma importancia que cumplan con estas características o normas para poder usarse en construcciones. Gracias a estas columnas de acero, podemos tener muchos beneficios en nuestras construcciones, principalmente la previsión de riesgos y evitar derrumbes en casos de sismo, así como darle integridad a las obras. Además se puede utilizar con trabajos de prefabricación, facilitando los tiempos de montaje en las estructuras.

Otros beneficios altamente destacables que encontramos son: 

  • Contribuye en la reducción o ahorro de costos, pues el acero de refuerzo es muy compatible con una gran variedad de materiales complementarios y como ya mencionamos, requiere menos tiempo de montaje, por lo tanto la mano de obra que se necesita también es menor.
  • También disminuye el impacto de contaminación al medio ambiente, esto es porque se prefabrican en medidas específicas de acuerdo con el proyecto, generando así menos desperdicios de materiales.
  • El acero de refuerzo es un material sustentable, pues está hecho de materias primas reciclables, que a su vez ayudan a utilizar menor cantidad de productos contaminantes como el cemento.

Un punto a tomar en cuenta, es que para usar el acero de refuerzo, este debe estar libre de oxidación, sin grasa, quiebres, escamas o cualquier otra imperfección que pueda alterar su uso, ya que cambiarán su eficacia y adherencia entre acero y concreto.

En conclusión, el acero de refuerzo es un material bastante seguro, que ahorra tiempo y costos, dándole estabilidad y diseño arquitectónico a todas las construcciones que lo utilizan.


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